lunes, 2 de mayo de 2011

Mis vecinas y uno más


¿Os he hablado alguna vez de mis vecinas?, creo que no. Pues os voy a describir a estos seres que habitan al otro lado de la pared.

Nunca he pasado de unos buenos días o buenas tardes con ellas, sólo nos hemos cruzado en el pasillo o la escalera, pero conozco de ellas más cosas que de cualquiera de mis conocidos.

Cuando en el edificio se acabaron las obras llegaron estas dos muchachas y pensé “¡qué bien, ya no estamos sólos en la planta!”. Pero ¡maldición! ya la primera semana comprobé que era como tener la telenovela Cristal todo el día funcionando: Cristina, Zoraida e Inocencia han vuelto a formar parte de mi vida.

Os voy a presentar a los protagonistas:

La Pito, es la maneja el cotarro, tiene el pelo rizado y de color caoba, por este detalle pensé que era peluquera del Marco Aldany o de Espejos, pero no, creo que trabaja en una Clínica. La llamo La Pito por su voz, es una voz como la de Paloma Zorrilla, que se te mete en los oídos y duele, duele mucho. Es natural de las afueras de Madrid y nunca deberían haberla dejado salir de allí. Presuntamente simpatizante de los métodos franquistas no tiene vida sexual activa.

Chewaka, ella se ha bautizado a sí misma como Chewaka así, que por qué contradecirla. Es catalana y es la primera vez que comparte piso con “españoles”. Debe ser estudiante pero a saber en que ocupa su tiempo libre.

Sufre porque aquí no tiene nada más que un follamigo y eso la hace estar muy colgada de él. Cuando él pasa de ella, sufre demasiado. Necesita más follamigos.

El Frigenti, a este lo han adoptado por tres meses. Desde que ha llegado esto es un infierno. No sabría como describirlo sin ofender al colectivo gay, aunque él mismo los ofende con sus maneras. Desde que está por el edificio limpiamos las escaleras con el aceite que va soltando.

También hay artistas invitados:

La Rubia es amiga de Chewaka y viene de vez en cuando, esa no da ni los buenos días así la maten, como dicen en mi tierra no tiene cara sino hocico. Chewaka se desahoga con ella criticando a La Pito.

El Jose, es el follamigo de Chewaka.

Todos están entre los 25 y los 30 años. Pero por sus conversaciones, sus idas y venidas en el Messenger y sus comentarios a viva voz en el Facebook, diría que están con una edad mental de 16 años.

Pues con todos estos personajes vivimos. Y digo vivimos porque el tabique que nos separa tiene el mismo grosor que cualquiera de los de la casa, por lo que nos escuchamos todo y ya forman parte de mi familia.

Dicen que uno de cada tres españoles vive con más ruido del recomendado, pues nosotros pertenecemos a ese grupo de españoles que la Organización Mundial de la Salud debería tomar como ejemplo y que España Directo debería venir a entrevistar.

Desde que están aquí, allá por septiembre del 2010, no he vuelto a dormir la siesta en el sofá, ni a leerme un libro tranquila en mi sillón de lectura. No he vuelto a ver una película a un volumen normal ni a sentir eso tan bonito que se llama silencio.

Si lo recomendable para vivir son 65 decibelios por el día y 55 de noche. Os puedo decir que vivo fuera de lo recomendable. Sus voces, su música de gitaneo cutre, sus portazos, todas ellas son ruido.

Lo peor es saber todo lo que hacen, todo lo que piensan, todo lo que dicen… porque me entero de todo. Estoy dentro de su intimidad con todas las letras y saber tanto me molesta.

Harta del Click que les indica que tienen un mensaje en el Messenger. De sus llamadas de teléfono. De los llantos de Chewaka cuando El Jose la planta. De los calentones que pillan en el Facebook cuando el que les gusta habla con otra… Todas sus conversaciones privadas podrían grabarse desde mi casa y guionizar una serie tipo Física y Química.

De las exclusivas que tengo os puedo contar que La Pito aunque se pasa la vida diciendo por teléfono “te quiero mucho guapa”, no tiene apenas vida social. Según Chewaka, es asocial, no le gusta más que estar con amigos de El Jose, y se pone muy cachonda cuando salen.

Yo eso no lo veo como asocial, sino que la chica sociabiliza con las pollas más que con las gallinas, esa no es asocial, es lista.

Una noche, tuve que apagar la tele y pegarme a la pared, estaba la cosa que arde, a Chewaka le había quitado La Pito la crema suavizante y con los pelos que tiene, las había pasado putas. Y es que ella es la primera vez que convive con españoles y “son unos guarros y desordenados”…. Y es que al parecer La Pito es hija única y “ya sabeis como son los hijos únicos”, tiene todas sus cosas guardadas en la habitación y no las gasta, sino que coge las suyas que están en el baño.

Junto con La Rubia y El Jose, pusieron fina a La Pito mientras esta disfrutaba de su puente.

También La Pito, cuando habla por teléfono despotrica de Chewaka mañana, tarde y noche. Parece ser que Chewaka es muy quisquillosa y le quita la ropa del tendedero cuando aún no está seca. Eso es un auténtico drama sí señor.

Y lo peor. Chewaka no entiende que ella considere que con Franco se vivía mejor porque ahora “vamos de puto culo con la democracia” y encima está hasta las narices de que El Jose le dé plantones porque luego llega a casa con “el chichi salido y no hay quien la aguante”.

Vaya, que se tiran mierda una a la otra cosa fina.

El Frigenti, es más sano. Ese bastante tiene con ir a inaugurar garitos. No sé a qué ha venido pero se quedará tres meses. Y los está aprovechando bien. Hace unos día tuvo un gran problema del que nos hizo participes: se había emborrachado y no sabía si había follado o no. Menudo drama. Según decía, le habían echado algo en la bebida y claro no controlaba. Yo pensaba que esas cosas no pasaban.

Y yo me pregunto, ¿cómo podía dudar de si había follado o no?, ¿eso no se nota?. Hablo desde mi ignorancia en las relaciones sexuales gays.

Lo cierto es que nos hizo pasar un rato entretenido en el capítulo 23 de Las Vecinas y uno más.

Sé que alguno dirá ¿y por qué no les dices nada?. Os respondo, ya lo he hecho. ¿Y por qué no llamo a la Policía?. Pues porque vivo en una ciudad en la que la policía sólo acude a un domicilio cuando has dado cuatro leches al vecino por volverte loco por el ruido.

Así que recopilaré toda la información que pueda, me sentaré frente a ellas un día y les contaré lo que ellas son incapaces de decirse una a la otra.

1 comentario:

  1. No sabes cómo te entiendo. Yo tenía una vecina de Málaga, con voz de pito, con un novio SUPER activo sexualmente. Tenía controlados hasta los tiempos y los gemidos, suspiros, comentarios de ella también. Uf! Menos mal que ya se han ido... Ahora temo quien les sustituirá... El caso es que me había acostumbrado ya...

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